fundición de metal blanco
La fundición de metal blanco representa un proceso crucial de fabricación que consiste en verter aleaciones de metal blanco fundidas en moldes cuidadosamente diseñados para crear componentes precisos. Esta técnica, caracterizada por el uso de aleaciones de bajo punto de fusión compuestas principalmente por estaño, antimonio y plomo, permite la producción de cojinetes, bujes y otros componentes mecánicos de alta calidad. El proceso comienza calentando la aleación metálica hasta su punto de fusión, generalmente entre 230 y 450 °C, seguido de una cuidadosa vertida en los moldes preparados. La temperatura relativamente baja de fusión hace que este proceso sea energéticamente eficiente y permita una excelente reproducción de detalles. La fundición de metal blanco es conocida por su capacidad para producir piezas con un acabado superficial superior, precisión dimensional y una calidad consistentemente alta. El proceso admite geometrías tanto simples como complejas, lo que lo hace versátil para diversas aplicaciones industriales. La fundición moderna de metal blanco incorpora sistemas avanzados de control de temperatura y mecanismos de vertido automatizados para garantizar resultados óptimos. Este método es particularmente valioso en industrias que requieren componentes con excelentes propiedades de resistencia al desgaste, bajo coeficiente de fricción y rendimiento confiable bajo condiciones exigentes.